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Estimados Amigos:
 
Gracias por su paciencia y comprensión. Haremos todo lo posible por que continúe la emisión del calendario astronómico ilustrado.
 
Aprovechamos la presente para desearles felices fiestas en compañía de sus seres queridos y los mejores deseos para el año venidero. Que en 2003 vean sus proyectos cristalizados y que tengamos todos muchas, muchas noches despejadas para disfrutar el bello espectáculo de la bóveda celeste.
 
Espero disfruten el siguiente artículo.
 
Arq. Pablo Lonnie Pacheco Railey
Coordinador de Eventos
Sociedad Astronómica del Planetario Alfa
http://mx.geocities.com/pablolonnie/index.htm
pablolonnie@yahoo.com.mx
 
¿Qué fue la estrella de Belén?
 
Buena pregunta, hasta el momento nadie sabe qué fenómeno celeste guió a los magos de oriente hasta Belén. Pudiera tratarse de un cometa, una supernova, una alineación planetaria o algo más. ¿Podemos descartar o confirmar algunos de estos cuerpos? Depende de su naturaleza...veamos.
 
Los cometas son cuerpos que orbitan al Sol y por lo tanto pertenecen al Sistema Solar. Provienen de regiones alejadas y frías. Al estar hechos de hielo, la radiación solar “despierta” a los gases congelados y éstos salen disparados con gran fuerza de su superficie, dando al cometa un aspecto muy variado, según su distancia al Sol, a la Tierra y la perspectiva desde la cual es observado.
 
Las supernovas son estrellas que explotan súbitamente por un “problema” de sobrepeso. Estrellas como el Sol no pueden explotar, pero las estrella más masivas de la Galaxia ( 20, 30 o 40 veces más masivas que el Sol) alcanzan temperaturas y presiones elevadísimas y se vuelven inestable. Estas estrellas calientes evolucionan precozmente y mueren al poco tiempo, viviendo “solamente” 5 a 10 millones de años: un suspiro en la escala cósmica. La explosión de una supernova es tan violenta que si alguna estallara cerca del Sistema Solar, sería el fin de la vida en la Tierra. Una oleada de radiación mortífera bañaría a nuestro planeta, esterilizándolo.
 
Las alineaciones planetarias son muy comunes, suceden cuando desde la Tierra observamos que dos planetas, (o un planeta y la Luna) cruzan su camino en el cielo y parecen reunirse teniendo como fondo alguna constelación del Zodíaco. El movimiento propio de la Tierra, los planetas y la Luna es el responsable de este fenómeno y como los planetas se desplazan sobre órbitas cuyos planos se asemejan, no tardan en repetirse estas alineaciones.
 
Aunque es difícil establecer la identidad de la estrella de Belén cada fenómeno mencionado tiene sus limitantes en espacio y tiempo:
 
Desde el momento en que se establece que los magos caminaban hacia el occidente, podemos descartar objetos celestes que se encuentren alejados del horizonte occidente y por tanto la “estrella de Belén” se habría manifestado cerca del ecuador celeste. Todos los fenómenos que pudieran acontecer en esa época en los extremos norte y sur de la bóveda celeste quedan por lo tanto eliminados. De acuerdo con las escrituras, la “estrella” se desplazó por el cielo hasta detenerse sobre Belén. Considerando el tiempo de viaje de los magos desde oriente, hemos de considerar cuando menos un mes de visibilidad.
 
Comúnmente se festeja la noche buena y navidad el 24 y 25 de diciembre, sin embargo esta es una continuación de la tradición romana de festejar “nacimiento” del Sol que “renace” cada año resurgiendo del horizonte sur en el solsticio de invierno. Ahora el solsticio de invierno sucede el 23 de diciembre, gracias a la precesión terrestre. Probablemente el nacimiento de Jesús haya sido más cercano al equinoccio de primavera, alrededor de marzo o abril. La Iglesia Romana estableció en el concilio de Nicea del año 353-354 que la “Navidad Cristiana” se festejara en lugar de la “Navidad Pagana”. Por si fuera poco, el año cero de nuestra era tampoco coincide con el año en que nació Jesús.
 
Quienes estudian la evolución del calendario estiman que tal acontecimiento pudo darse entre octubre del año 2 antes de nuestra era y marzo-abril del año 5 de nuestra era. Así que este es nuestro período para buscar coincidencia entre los cuerpos celestes conocidos y la estrella de Belén.
 
Si trazamos en el cielo una línea este-oeste (sentido en que viajaban los magos) estaremos señalando el ecuador celeste, donde encontramos las constelaciones Piscis, Aquarius, Aquila, Serpens, Ophiuchus, Virgo, Leo, Sextans, Hydra, Canis Minor, Monoceros, Orión, Taurus y Cetus. Sin embargo estas constelaciones no son visibles continuamente. Se pierden tras el resplandor solar cuando menos un par de meses al año.
 
Las supernovas suceden preferentemente en el plano de la Vía Láctea, por lo que podemos inclinarnos por las siguientes constelaciones: Aquila, Serpens y Ophuchus (visibles sobre el horizonte oeste en los atardeceres decembrinos) o Canis Minor, Monoceros y Orión (visibles sobre el horizonte oeste al anochecer de abril y mayo). Desafortunadamente, no existen registros de ninguna supernova en este período y en estas constelaciones. Una supernova así no podría pasar desapercibida y sería documentada en todo el planeta. Por si fuera poco, una supernova no tiene movimiento propio contra las estrellas de fondo, por tanto, no puede “posarse” sobre una ciudad. La estrella de Belén no fue una supernova.
 
Las alineaciones planetarias o conjunciones podrían ser también interpretadas como la “estrella de Belén”, si bien es cierto que los planetas estaban plenamente identificados unos 2,000 años antes del nacimiento de Jesús. Algunos sugieren que el encuentro entre Júpiter (dios supremo de los Romanos) y Saturno (dios del Tiempo y padre de Júpiter) sobre Piscis fueron interpretados como el anuncio de la llegada del Hijo de Dios, sin embargo esto sucedió en el año 7 antes de nuestra era (con una anticipación de 5 a 12 años de la fecha en cuestión). Curiosamente, un año después, Marte (dios de la Guerra) se unió a Júpiter y Saturno (¿formando una Trinidad?) Resulta interesante encontrar estas coincidencias, si bien una conjunción es visible en toda la Tierra y los planetas no señalan un sitio en concreto. Algunos especula que Piscis representa al pueblo de Israel.
 
Los cometas pueden moverse con relativa rapidez por el cielo y su cabeza brillante puede parecer que señala hacia algún lado ( alguna vez se pensó que un cometa era el dedo acusador de Dios contra los pecadores, y el aviso de que vendría un castigo sobre el pueblo señalado) . La combinación de los movimientos propios de un cometa y de la Tierra pueden sugerir que un cometa se detiene.(Sucede lo mismo con los planetas y se dice que están brevemente “estacionarios”) ¿Fue la estrella de Belén en realidad el Cometa de Belén? No lo sabemos, el único registro astronómico “sospechoso”de la época fue un cometa descrito por los chinos en el año 5 antes de nuestra era. El cometa fue visible durante 70 días. Otro cometa famoso fue el Halley, que cruzó el cielo el año 12 antes de nuestra era, con un corrimiento de 10 a 17 años respecto al nacimiento.

 

Sociedad Astronómica del Planetario Alfa [http://mx.geocities.com/pablolonnie/index.htm]

Alejandro Correa Benítez, Presidente [acorreab@compuserve.com.mx]

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Pablo Lonnie Pacheco Railey, Coordinador de Eventos [pablolonnie@yahoo.com.mx]

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